En el camino de Don Quijote se trata de una noticia curiosa que queremos reseñar, a propósito del molino de viento: Con motivo del IV Centenario de la publicación del Quijote de Miguel de Cervantes, el año 2005, la Diputación Provincial de Zaragoza presentó una exposición sobre “Los itinerarios y enclaves de D. Quijote en Aragón”, con trabajos de J. A. Sánchez y R. Centellas.
Estos autores, siguiendo al historiador aragonés Juan A. Pellicer (1738-1806), señalan que tanto el Quijote de Cervantes como el de Avellaneda hubieron de seguir, durante sus viajes a Zaragoza y Barcelona, caminos que pasan por esta zona de la Sierra de la Virgen, jalonada por molinos de viento. El Quijote de Cervantes habría pasado y dado vista a nuestro molino de Torralba solamente a su vuelta, después de haber sido derrotado en Barcelona por el Caballero de la Blanca Luna (Parte II, Capítulo LXIV de la novela cervantina), siguiendo, desde Pedrola, la ruta de los molinos de Tabuenca, Malanquilla, Sestrica, Torralba y Ateca. Sin embargo, el Quijote de Avellaneda pasaría por estas tierras tanto a la ida como a la vuelta de su viaje. Al tratarse de un personaje de ficción, los itinerarios que se sugieren para las aventuras del ingenioso Hidalgo son por supuesto, ficticios también. Cervantes, probablemente, ni siquiera estuvo nunca en Aragón.
Molino del Viento.
En 1977, tras la concesión del trofeo de oro de Misión Rescate a la patrulla número 26, de Malanquilla comenzó a hablarse de molinos de viento en Aragón; el Centro de Estudios Borjanos daba a conocer que en Tabuenca y Sestrica también se alzaban sendos molinos, que se unían a aquel solitario de Malanquilla –pionero de lo que más tarde se ha dado en llamar «la Mancha aragonesa»–.
Tras reiterados llamamientos a los municipios a través de los medios de comunicación, e incluso por medio de una encuesta remitida al 86,6 % de los ayuntamientos zaragozanos, la asociación cultural «Miguel Martínez del Villar» ha ido configurando el mapa molinero de Aragón, teniendo localizados y distribuidos por las tres provincias, los siguientes:
Zaragoza: Malanquilla, Tabuenca, Sestrica, Torralba de Ribota, Bujaraloz, Aguilón, Luna y Used. Huesca: Samitier (en estudio). Teruel: Ojos Negros y Sarrión.
En 1983 se inaugura –totalmente reconstruido–el molino de viento de Malanquilla.
Dentro de la actividad de la asociación «Miguel Martínez del Villar», destaca la celebración el 23 de abril de cada año del «Día Mundial del Molino de Viento», así como la presentación de sendas comunicaciones en el I Encuentro de Estudios Bilbilitanos y en el IV Congreso Nacional de Artes y Costumbres Populares.
Este molino formó parte esencial de las investigaciones de la Patrulla de Rescate número 26, adscrita al Programa educativo «Misión Rescate» patrocinado por RTVE y el Ministerio de Cultura, constituida en la localidad en 1976 y que se alzara con el máximo galardón de la organización, el Trofeo de Oro, en 1977.
El molino de Malanquilla está considerado el pionero del redescubrimiento y puesta en valor de los molinos de viento de Aragón. Los numerosos estudios llevados a cabo desde la Asociación Cultural Miguel Martínez del Villar y las gestiones y visitas a los responsables municipales que aún conservan restos en sus términos, han posibilitado conocer la existencia de otros ejemplares repartidos por buena parte del territorio aragonés, como los que aún se conservan en Luna, Tabuenca, Sestrica, Ojos Negros, Sarrión, Bujaraloz,Torralba de Ribota, Aguilón, Javaloyas, Samitier y Castelserás, todos ellos revitalizados a partir de la divulgación del recobrado en Malanquilla y algunos reconstruidos como es el caso de Tabuenca y Ojos Negros.
Se encuentra situado a las afueras del pueblo, sobre una pequeña elevación de terreno, cercano a la carretera Z-V-3443 que enlaza -dos kilómetros más adelante- con la N-234 que une Calatayud con Soria.
Actualmente, restaurado en su totalidad, en varias fases y siguiendo el modelo de los molinos manchegos a los que se asemejaría el de Malanquilla, como así lo atestiguan tanto la distribución de los materiales que conforman su maquinaria, la disposición de sus estancias y los restos de cal encontrados en sus paredes, alcanza una altura de 9 metros a lo que hay que unir la caperuza cónica de madera que le proporciona su aspecto característico. Su perímetro exterior es de 22,20 m. mientras que en el interior alcanza los 12,65 m., lo que le convierte en el ejemplar de mayores dimensiones de España, lo que hizo a Gregorio Prieto, el pintor de los molinos, bautizarle con el nombre de «El Macho».
El Horno de cal.
Todo producto sea cual sea su composición y su aspecto físico, procede de la calcinación de la piedra caliza. Se inicia con una calcinación de la piedra caliza en horno preparado y dedicado a tal fin, mediante este proceso se obtiene óxido cálcico y dióxido de carbono que se libera a la atmósfera. El óxido cálcico lo obtenemos en forma de cal viva, con aspecto de terrones. La cal viva se apaga con agua.
Este hidróxido, en contacto con la atmósfera produce carbonatación, obteniendo de nuevo carbonato cálcico, con lo que queda cerrado el ciclo de la cal. Es por eso que una vez tenemos el hidróxido, hemos de protegerlo del contacto con el aire hasta su puesta en obra, para evitar que se cierre el ciclo.
Características: La cal apagada es un buen aislamiento acústico y térmico, es incombustible y no genera humos. Además de evitar la penetración del agua. Hay Cal aérea: Calcinación de calizas o dolomías puras, que contienen un 5% máximo de arcillas. Cuando son muy puras se consiguen cales muy untuosas, llamadas cales grasas, y por tanto, buenas. Las cales magras, o de mala calidad, son aquellas en las que las arcillas se acercan más al 5%. Son de tipo, cal viva (no utilizada).
Ha de almacenarse en silos estancos. Si mezclamos el polvo con 3 o 4 veces más de agua obtendremos pasta de cal y si lo volvemos a mezclar con 3 o 4 veces más tendremos lechada de cal.- Balsas de apagado: Se componen de tres piscinas, una encima y dos debajo al mismo nivel.
Primero se llena de agua y luego se va vertiendo la cal, con 3.6 litros de agua por Kg. de cal, se mueve, se abre el aliviadero y se tamiza con una malla de 1 mm. De luz donde se quedan las impurezas. La pasta pasa a las otras piscinas donde se almacena. Aquí la cal es almacenada y protegida mediante un sello hidráulico, el agua en las piscinas supera el nivel de la cal evitando así el contacto con el aire. El tiempo que permanece la cal en estas piscinas varía en función del uso que se le vaya a dar, 3meses para enfoscados y 6 para estucos.